Acaban de firmar un tratado de libre comercio bastantes países africanos. Es un despegue de esta enorme nave que empieza a sentirse libre de tantas servidumbres y poderes de la política global. Pero está claro que hay muchos niveles de autonomía, así como de responsabilidad y creatividad, entre los actores africanos. Desde realidades todavía dependientes casi en su totalidad de la ayuda externa, pasando por actitudes secuestradas por la experiencia colonial, que están lejos todavía de transcender los límites de la libertad, hasta los más avezados y disruptivos que dan pasos valientes sin miedo a nuevas formas de sociedad...
A varios niveles se producen cambios... También en la Iglesia...
Con tristeza, sin embargo, leo las declaraciones de varias conferencias africanas sobre las bendiciones...
Me escandaliza la arrogancia para poner al Papa en su sitio, de muchos de estos obispos... Ha habido pronunciamientos que hablan de mandar a la hoguera a quien se atreva a bendecir esas personas en situación irregular, aunque está claro que se trata solamente de los homosexuales, porque lo irregular es tan cotidiano en la experiencia de tantos sacerdotes y religiosos africanos que no parece que se quiera hablar de ello...
Me resulta muy difícil entender ese otro escándalo del que hablan las declaraciones, el escándalo de ser misericordiosos. Me vienen al corazón las palabras de Jesús: a quien se escandalice de mi...
¿Como es posible que exista algún creyente en el evangelio de Cristo y sienta escándalo por ser misericordiosos?
No sé si es otra cosa lo que quieren expresar las bendiciones de las que habla el documento de la Santa Sede, creo que queda demasiado claro incluso, que no se pueden confundir con un sacramento... Algo que les ha sabido a poco a muchos otros.
Quizás el documento debería empezar hablando de la Iglesia que bendice porque es misericordiosa, quizás al insistir en la compasión y la misericordia, hubiese quedado más claro el sentido de las bendiciones... Bendecimos a los pecadores que confiesan sus pecados,...por si alguien se cree con atributos para no bendecir a quienes se arrepienten. Bendecimos a todos los que participan y celebran cada domingo en la eucaristía, y nunca creí que aquella bendición dejase fuera a los irregulares, o los homosexuales, o los ladrones y asesinos...
Tengo que repetirlo: no puedo entender a los cristianos que se escandalizan de la misericordia.
Entonces, talvez el problema sea que no creemos en el mismo Dios, o mejor, que no se nos ha revelado de la misma forma, aunque es difícil interpretar de otro modo algunas palabras del evangelio: bendecid, no maldigáis, sed misericordiosos como vuestro padre es misericordioso, no juzguéis y no seréis juzgados...
Al parecer la doctrina cristiana que los siglos han heredado es otra... Y seguimos viviendo otras cosas, y pensando que esas que están escritas no son para la vida.
Las aduanas y los pagos de los vistos para circular en estos países, eso es lo que tiene que seguir conduciendo la vida de tantas personas, aunque muchos no lo soporten más y se alejen irremediablemente.
Estos días se hacen algunos corros después de misa, los más es para saludarse, lo que es ya una bendición que las personas practican sin preguntarse si deben hacerlo. Pero en algunos de esos corros se habla de hogueras y persecuciones, y de matar a los homosexuales, porque eso es una moda europea que está destruyendo la moralidad africana nuestra, tan sagrada...
¡Y tan hipócrita!
Pienso en lo aceptada que está la poligamia entre los africanos, por mucho que la iglesia predique otra cosa. Nadie habla de ello, por eso también es difícil que haya matrimonios... Y cuando los hay no tardan las segundas esposas en desmentir el vínculo...
Es tan normal que hasta puede estar sucediendo con los sacerdotes, o los obispos, y después de todo, como es cosa de nuestra cultura, que los occidentales no conocen y no pueden entenderlo, la iglesia tendría que adaptarse más y no traer otras modas de fuera, como la de los homosexuales.
Entonces me pregunto si también tendría que negar la bendición que doy en la eucaristía cada día, porque no tendré homosexuales, pero estoy lleno de polígamos. Supongo que también son irregulares...
¿O de qué uniones irregulares hablan los obispos africanos que van a provocar escándalo?
O quizás, sería mejor saber quién es el que se escandaliza...
Lo siento, pero no entiendo este escándalo que está provocando la misericordia.
En una discusión de las habituales con los hermanos musulmanes, salió a colación el nombre de Dios como amor, que es solamente uno de sus 99 nombres. Entendí que la originalidad de Jesús tiene que ver con esto, con el darnos un Dios Amor con el que no sabemos qué hacer... Al final, qué puedes hacer o decir ante una fuente de amor inagotable, infinita, incondicional...
Es mejor ponerle otros nombres, para que podamos manosearlo mejor...
En aquella película de Spielberg sobre el comercio de esclavos hubo una escena que sigue dando vueltas en mi cabeza. El viejo presidente de los EUA, para defender la dignidad y la libertad de los esclavos, no duda en lanzarse a la guerra... Debería haber cosas incuestionables, y si alguien llega a cuestionarlas, a cualquier precio, es un deber pararle los pies.
Que Dios me perdone, por supuesto. Soy sólo un pobre sacerdote misionero, en un país africano, tan pobre, que no nos permite el lujo de quedarnos discutiendo si hay que ser o no misericordiosos.
Cada día pienso en el Papa, en estos pasos trémulos que está dando, pero sin arredrarse... Quizás para defender el corazón del evangelio, tengamos que parar los pies de quienes lo han olvidado. Me consuela pensar que el reino de Dios no es esta iglesia, ni ninguna otra, que el papa Francisco, sin embargo, está intentando acercar.
No sé el precio que tendremos que pagar por bendecir y ser misericordiosos, pero en todo caso, yo seguiré bendiciendo...
No hay peor mal que verlo donde solamente hay bien.
Padre Eduardo
Mahate, Pemba