Cólera
Nito es el animador de los jóvenes de mi pequeña comunidad de Mahate. Lo conozco poco porque ha pasado varios meses fuera, pero los jóvenes le aprecian y se sostienen en su saber estar y decir tan juicioso. Me ha llamado por la mañana, desesperado… su mujer y uno de sus hijos están en las tiendas de aislamiento de los enfermos de cólera. Hace una semana que los hospitales están en alerta roja por la epidemia. No he sabido cómo responder, he preguntado si podía hacer algo pero él sólo quería que lo supiese.
No es que la lluvia esté siendo demasiado intensa, aunque todos los días se deja notar. Pero la falta de higiene, el calor, las aguas residuales que pasan días encharcadas por todas las callejuelas de los barrios, llenos de niños chapoteando y jugando con el barro, son un caldo de cultivo para el cólera y tantas otras enfermedades.
No es que la lluvia esté siendo demasiado intensa, aunque todos los días se deja notar. Pero la falta de higiene, el calor, las aguas residuales que pasan días encharcadas por todas las callejuelas de los barrios, llenos de niños chapoteando y jugando con el barro, son un caldo de cultivo para el cólera y tantas otras enfermedades.
En la escuela de la Misión corre el rumor que los profesores están trayendo esta enfermedad a los niños, hoy no llegaban a la veintena los que han venido a la campaña de limpieza aunque normalmente son más de setecientos…
Pero en el barrio las cosas no están mejor. Muchos creen que es el administrador el que, por las noches, se pasea por las casas y “rocía” la enfermedad, según parece a los que no son de su partido. Algunos hasta lo vieron, dicen a la mañana siguiente cuando en la casa vecina toda la familia ha caído enferma.
Pero en el barrio las cosas no están mejor. Muchos creen que es el administrador el que, por las noches, se pasea por las casas y “rocía” la enfermedad, según parece a los que no son de su partido. Algunos hasta lo vieron, dicen a la mañana siguiente cuando en la casa vecina toda la familia ha caído enferma.


La suerte del sur o la suerte del norte… crecidas o cólera. No es la suerte de nuestro norte.
También Sebastián es África. Un joven de la comunidad que sobrevive porque para él vivir sólo es posible si eres blanco. Por mucho que lo intente no logro convencerle que no es una cuestión del color de la piel sino del corazón humano. Hoy no sé si yo mismo creo en mis palabras. He empezado a hacer mías sus vidas, a luchar por ellos, a creer en ellos aunque ellos no lo hagan. Quizás en ese vacío en el que se hunden puedan entrever la débil luz que proyecte mi vida y renacer a la esperanza.

He decidido hundirme en el vacío de aquellos que se crucen en mi camino, sin importarme el precio. He decidido vivir por y para África. Brillar, no para ser visto, sino para que otros encuentren el camino. Aunque mi luz se gaste de tanto darse.

Posos de café en Pemba 25, 2 de febrero de 2013.
“Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré, te nombré profeta de los gentiles” Hermano, cuando tú estabas en el vientre de tu madre, Dios ya te había escogido y te había consagrado.... te dejó que volaras unos años, pero como eras su elegido, esperó el momento oportuno para posar su mano sobre tu hombro y en ese momento te nombró “Profeta de los gentiles, de los excluidos, de los más necesitados".
ResponderEliminarEn una carta anterior te escribí: “Eduardo, está muy claro hacia dónde va tu AMOR... HACIA EL CORAZÓN DE ÁFRICA”.
Y ahora te digo: África es Nito y su Flia, es Sebastián, Yuma, Aristides, Mariano y su Flia., Félix, Leandro, Remigio, Cristina, Valerio, Abene, Dinis, Saladi, Abdul, Anli, Joseilda, Estefanía, Lourenco, Said y Flia., los niños, tus alumnos y tantos rostros más... África es el susurro del mar, las libélulas, las sequías, la pobreza, las palmeras, el chispear del viento, los cánticos, la higuera que te da su sombra, los silencios, las estrellas, el sol, la soledad, el camino desértico, la tierra que se mete en tus sandalias, las inundaciones, la sábana, el estremecedor sonido de los batuques, el dolor, la muerte, la esperanza “JESUS”... África eres TÚ, EDUARDO. Porque como te recuerdo otras de tus palabras de otros posos de café que decían “... vivir la realidad como ella es, sacarle todo su jugo, amarla y disfrutarla, sufrirla y acogerla”... Yo pienso, que el que verdaderamente siente esto del lugar en que vive, es que sus raíces están ahí... ES UNO MÁS. Porque como dijo Merton: “Los que todo lo abandonan por buscar a Dios, saben que Él es Dios de los Pobres” y está muy claro. Hermano, Amigo y Compañero de Caminos, tú eres un gran PROFETA, el “Profeta de los Pobres... el Profeta de África”... lo llevas en la sangre y en el corazón... aunque en el color de tu piel no se refleje.
*”Jesús se acerca a los que sufren y después no se acerca... simplemente porque luego son ellos los que salen a su encuentro”....Lo mismo te ocurre a tí Hermano, no solo vas tú al encuentro de ellos, sino que ellos salen a tu encuentro, porque se sienten escuchados, queridos y arropados... para ellos “ERES UN GRAN REGALO”.
Un Inmenso Abrazo, siempre Maite