viernes, 18 de febrero de 2022

Celebrar el amor y compartir...

 

Acaban de relajar las restricciones por la pandemia. El presidente, en una especie de discurso de magnanimidad, empezó a devolver normalidad a muchas de las actividades sociales, con un acento especial en aquellas que significan ocio y tiempo libre...

Parece que este tipo de actividades son las que importan...


Creo que fue la organización de Naciones Unidas ya al inicio de la pandemia que pidió a los jefes de estado africanos que no cerraran las escuelas... Consciente de la gran vulnerabilidad de los niños y niñas africanos. Pero no escucharon. Las escuelas cerraron aplicando las mismas políticas de la Europa desarrollada, en sociedades que muy poco tienen que ver. Sucedió lo mismo en otros ámbitos tan vitales como son la venta ambulante que permite sobrevivir a la mayoría de los africanos, o la atención primaria a los enfermos que se limitó apenas a los considerados graves.


Una gran cantidad de familias que sobrevivían con los panecillos que la abuela y la madre cocían para vender, o de lo que el padre o el hermano habían pescado después de una noche dura lanzando la red, se han empobrecido mucho más, y han pasado a tener que pedir ayuda a la caridad.


Muchos niños y niñas han desaparecido. A ellas, cuando sus cuerpos empiezan a verse, se las vende a familias de hombres mucho más mayores. Ellos acaban en las calles, entrando en las redes de supervivencia que se establecen en zonas tan empobrecidas y que tienen pocos límites morales...

En el contexto de una miseria cada vez más extendida y cada vez más dramática, la enfermedad pasa a ocupar el primer puesto en la vida social, como si fuese el último recurso para provocar que alguien te tenga en cuenta... La última posibilidad... Lo saben quienes multiplican las farmacias sin sentido...

En Pemba han crecido de una forma asustadora las farmacias y las gasolineras...


Las políticas de prevención de la pandemia parecen haber sido hechas para algún barrio rico de Maputo, impermeable a la verdadera realidad de Mozambique. Pero pensar esto hace mucho daño por dentro y siento que es el germen de una violencia interminable.


Cuán alejada de la realidad es la política en estos países de África depende del nivel de pobreza que haga apartar el rostro... no querer ver de cara la realidad o creer que no es la que se ve, o incluso proceder olvidando la presencia de millares de pobres que no cuentan para nada... Proceder invisibilizando social y moralmente a los últimos... Es lo único que explica sus discursos, demasiado alejados de la verdadera vida.


Es posible que sea la única forma de asumir el poder aquí sin caer en la desesperación de la impotencia. Pero entenderlo debería ser una razón para no quererlo...

En el discurso de ayer, se ha aumentado la capacidad de las clases de alumnos, de 20 a 30. Para quien no sabe que las infraestructuras de las escuelas soportan casi el centenar o incluso lo superan en casa clase... Y que para los millares de niños y niñas de África es posible que no exista otra estructura que los proteja mínimamente. Pero no parece importar a los políticos que hacen las leyes para proteger a los suyos apenas.


La distancia inmoral que siente Europa hacia los inmigrantes que se ahogan en el Mediterráneo, no es tan grande como esta ...

Qué puede explicar esto?...

Nada más debería preocupar en primer lugar. La injusticia que condena a los últimos a la inexistencia, al sufrimiento y la muerte... La base que se resquebraja y que ha servido hasta hoy al modelo de desarrollo que occidente impone. Una igualdad alcanzada al precio del aniquilamiento de aquellos que ya no caben en el tapete y tienen que ser lanzados al precipicio de la miseria, de donde ya nadie vuelve.


Esta mañana tuve que acercarme al balcón de los registros para solicitar un documento. En la entrada piden que todos los trámites de solicitud se hagan por internet. Yo he podido acceder con mi teléfono. No he pensado más, había otros esperando con su papel en mano, y la mujer que me ha atendido me ha recordado la realidad. Pienso qué fácil es escabullirse de ella... No había muchos esperando así que la solicitud online no era necesaria, pero si los hubiese, por no tenerla hecha se les dejaría para después, o para otro día... Y la mujer que me atendía decía que ese procedimiento sólo lo pone todo más difícil, para tantas personas que no saben como inscribirse y registrarse por internet... Pero necesitan esos registros para poder trabajar o incluso para los servicios más básicos de la vida.


No es únicamente que occidente se haya levantado sobre las fosas comunes en las que están enterrados los pobres, es que los países africanos no ven una alternativa a ese modelo de crecimiento. Y eso significa que hay que eliminar a quienes van quedando fuera del tapete, que se va encogiendo para poder satisfacer las nuevas necesidades innecesarias...

Pero necesitamos una medida de humanidad que sea digna... Y no es posible alcanzarla si la distancia moral que nos separa de los pobres  es cada vez mayor.

Pienso en lo que puedo ganar si mi historia se queda ligada aquí con los pobres. Qué ganaré acompañando e intentando que estas familias mías consigan hacer algo para poder disfrutar el regalo de la vida, celebrar el amor y compartir. Sólo esto. Pero creo que es todo lo que quiero.


Pemba 17 de febrero de 2022

Pe Eduardo





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